La entrada de hoy no es una entrada de review, opinión, baraja, ni nada por el estilo, es una reflexión a partir de la fantástica tarde que pasamos Mailman y yo hace unos días. Para poneros en situación hace unos meses para el proyecto Ares compré un par de barajas preconstruidas de Pokemon. La tarde de la que os hablo quedamos con Mailman para tomar un café. El no llevaba encima su baraja de Leyenda de los Cinco Anillos así que cogí de la estantería las barajas del juego de coleccionar bichos y me dirigí al bar.
Y la magia ocurrió.
Una hora más tarde con el café ya en el estómago y cada uno cogiendo el camino a su casa habíamos jugado un par de partidas y pasado una maravillosa tarde. Hacia años que no me lo pasaba tan bien jugado a un juego de cartas y después de un buen rato meditando creo que he llegado a algunas conclusiones de los motivos para que esto ocurriera.
El primer motivo que me viene a la cabeza es que son barajas bien construidas y con un nivel de poder similar. La mayoría de veces cuando afrontamos sentarnos en una mesa para jugar un juego en el que se construye mazo nuestra baraja refleja nuestra idea de juego. Si no es una baraja descargada de internet no suele tener el playtesting necesario para que todas las cartas funcionen de forma cohesionada. Muchas veces esto lleva a que la balanza se incline de una forma clara hacia una de las barajas que haya en la mesa. Aquí sin embargo tenemos unas barajas pensadas para introducirnos al juego. Con un nivel de poder relativamente bajo, dudo que pueda presentarme a un torneo y hacer un buen papel, pero al contrario que otros sets de inicio a los que hemos jugado las barajas son consistentes, divertidas y viendo algún video de torneos de alto nivel enseña un estilo de juego similar.
Otro de los factores que me ha tenido que ver es el tiempo. Los juegos de cartas a los que Mailman y yo solemos jugar las partidas suelen ser largas. Ya sea Leyenda o Netrunner es fácil que las partidas se alarguen hasta la hora y por desgracia ya no tenemos el tiempo que teníamos antes para jugar cuatro o cinco partidas en una tarde. Ahora tenemos una hora y media o dos como mucho para jugar cuando nos vemos. Si a uno de los dos le sale una partida rana estar una hora siendo humillado no es divertido. Aquí una partida rana es media hora perdida. Las partidas que jugamos fueron partidas que se decidieron en un último turno superajustado. Con esto me refiero a que es sencillo meter cuatro partidas entretenidas y con tensión cuando jugando a nuestros juegos más habituales hablamos de una partida y nada nos garantiza una partida emocionante.
Ganas de jugarlo
Quiere esto decir que vaya a lanzarme a comprar cajas de sobres de Pokemon como un loco o que vaya a abandonar por entero los juegos largos o el formato construido. Ni por asomo a ninguna de las dos. Si bien Pokemon me ha dejado un grandioso sabor de boca la inversión que requiere un TCG para disfrutarlo en modo construido me sigue pareciendo una locura. Pero os puedo decir que tengo visto un kiosko con unas veinte cajas de colecciones antiguas donde algún día me acercaré a ver si me las saldan y es muy posible que vaya comprando las dos barajas preconstruidas que sale con cada nueva expansión. Dejar el formato construido, el de montar barajas, ni se me pasa por la cabeza. Jugar con barajas preconstruidas no da lugar a jugar mazos bizarros con formas diferentes de alzarse con la victoria una de cada cien partidas y los que me conocéis sabéis que eso es mi salsa. Sobre buscar juegos más cortos tampoco creo que lo haga, pero posiblemente cuando tenga poco tiempo es más posible que me decante por jugar unas partidas de Pokemon o Magic, atentos a mi próximo articulo, mientras que los días que tenga una tarde entera por delante me decante por jugar varias partidas de Netrunner o L5R.